Por Gabriela Boggiano, Psicoanalista y vecina de Barracas
Aislamiento social para luchar contra el virus … indicación básica para evitar esta enfermedad desconocida , agresiva y letal en algunos casos.
El mismo aislamiento que nos protege, pone en vilo el equilibrio interno que se retroalimenta en el vínculo afectivo con los otros.
Sin espacios comunes compartidos, sin saludos con acercamiento, sin beso, sin abrazo, a distancia.
Con los niños sin espacio, con los adultos mayores amedrentados.
Y con los jóvenes tomando conciencia de todos los cuidados que hay que implementar, así de repente.
Todas estas restricciones no son sin consecuencias, generan angustia, por la obligatoriedad del encierro sobre todo porque no se puede saber cuándo se va a salir.
Y surgen respuestas singulares que motorizan la búsqueda, respuestas creativas, cuando la angustia no desborda.
Pero puede también el temor convertirse en terror en soledad y la incertidumbre desatar cuadros de ansiedad y derrumbarlo todo y quienes se encuentren atravesando situaciones difíciles de resolver probablemente sientan que es más complicado encontrar salida a sus padecimientos.
Cuando la angustia no funciona como señal de búsqueda creativa para salir de la situación, por lo disruptivo de ésta, frente a lo que no se podría ni imaginar respecto de lo que pasa en el mundo, puede generar respuestas desbordadas.
Todo ha tambaleado.
La angustia afecta el cuerpo y a veces va directamente al cuerpo y se observan trastornos del sueño, digestivos y otros malestares.
Comienza a aparecer un tinte depresivo por todo lo que vamos perdiendo de lo que era nuestra vida cotidiana.
Que hacer?
Quedarnos en casa también puede fortalecernos si logramos tender algunas redes y estar atentos para advertir en nuestro entorno o entre nuestros contactos si alguien está necesitando ayuda.
Es necesario cuidarnos y no sólo del coronavirus.
Sino de la soledad, de la violencia, de los destratos, darle lugar a la palabra, para darle lugar a otros encuentros, que nos conecten con la vida.
Es de suma importancia involucrarse para ayudar si advertimos que alguien se encuentra en alguna situación de padecimiento, haciéndole saber que no está solo.
Escuchar, acompañar y comprender dando a conocer la existencia de dispositivos en nuestra ciudad y en nuestro barrio dispuestos a asesorar y a atender a todos los que se contacten, puede evitar daños irreparables.
Quedarnos en casa puede ser una invitación a la solidaridad, nadie se salva solo y generar lazos nos fortalece a todos.
Y cuando todos sanemos y hayamos aprendido nuevas formas de ser, volveremos a encontrarnos gozando de las buenas costumbres adquiridas en tiempos difíciles.
¿Conoces a alguien que se sienta solo o necesite un espacio de escucha? Click aqui https://aquiestoy.live/
Servicio telefónico – GCBA – Salud Mental. Click aqui https://www.buenosaires.gob.ar/salud/saludmental/servicios-telefonicos