Por Sofia Di Mitrio, Corredor Inmobiliario
La tarea de comprar una propiedad tiene una instancia que resulta atractiva para casi todos: el visitar los inmuebles en venta.
Esas visitas, que implican tiempo y esfuerzo, tienen que ser efectivas. Y deben usarse para obtener información crucial a fin de tomar una decisión informada. Es decir, una decisión con la totalidad de los datos centrales a mano.
La organización de la visita prevé 3 pasos, que te servirá conocer.
1. Preparar la visita
Al desplazarse hacia la propiedad a comprar, se impone llevar una lista de verificación o check list con las características más destacables de la unidad –que aparecieron en el aviso de venta–, un teléfono celular para tomar fotos, una cinta métrica y un listado de preguntas que habrán surgido luego de conocer la unidad a través del sitio web o las redes de la inmobiliaria, o los portales. Si allí había disponible un plano, es aconsejable también llevarlo para familiarizarse con la distribución de los espacios.
2. Concretar la visita
Al llegar a la propiedad, se hace preciso realizar varias acciones:
. Observar el estado general
Es bueno examinar con cuidado el exterior y el interior del departamento o la casa en venta. En particular, hay que concentrarse en las terminaciones, los acabados, la iluminación natural, la orientación del inmueble, las vistas y el estado general.
. Controlar las instalaciones
Es imprescindible revisar la provisión de electricidad pidiendo que se enciendan las luces; del agua, abriendo las canillas a fin de saber si el líquido sale transparente y con la suficiente presión; y lo mismo en lo que hace al gas natural.
. Verificar los espacios de almacenamiento o guardado
Los placards, armarios, alacenas y todo otro espacio de almacenamiento deben revisarse a fondo. Así se sabrá si su capacidad es suficiente para colocar allí lo que se transportará desde la anterior propiedad.
. Observar las áreas comunes
Las áreas o espacios comunes de un edificio, como el hall, las escaleras, los ascensores, los pasillos y los amenities –piscina, gimnasio y otros–, tienen que observarse en detalle. Ellos dan indicios de la calidad de la gestión del consorcio. Y tendrían que presentar un estado impecable en cuanto al mantenimiento y a la limpieza.
. Observar la distribución de los espacios
¿La distribución de los dormitorios, el living, la cocina, el balcón y el jardín se ajusta a lo esperado, a lo que se necesita el comprador?
En caso de mudarse allí, ¿cómo utilizará cada espacio? ¿Se adaptará al estilo de vida que posee?
. Prestar atención a los ruidos
Durante la visita se impone hacer momentos de silencio.
Gracias a ellos se descubrirá si en la propiedad o en el entorno hay ruidos fuertes o molestos. ¿El tránsito, los vecinos o las construcciones cercanas son una fuente de contaminación sonora?
No hay que olvidar que el ruido influye en la calidad de vida tanto como la presencia, o ausencia, de la luz natural.
. Tomar medidas y fotos
Un comprador inteligente siempre tomará medidas –aunque tenga el plano de la propiedad en sus manos– y fotos para poder recordar ciertos detalles. Y comparar ese inmueble con otros que recorrió o recorrerá.
. Consultar por los gastos
Los gastos periódicos asociados a la vivienda son los impuestos –como el Inmobiliario y la tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza–, los servicios –electricidad, gas, agua corriente– y otros como las expensas en el caso de los departamentos y los departamentos tipo casa o PH.
A veces, las expensas pueden sumar tanto como el costo de un alquiler por una administración deficiente, un muy mal estado de mantenimiento del edificio o un alto número de propietarios morosos.
. Evaluar el entorno
Antes de llegar al inmueble o después, será productivo dedicar unos minutos a fin de recorrer el barrio. Así se descubrirá si hay edificios en construcción cercanos, si la seguridad es un tema candente, y cualquier otro punto que ayudará a que esa propiedad se valorice en el futuro.
También es bueno visitar el barrio por la noche.
. Investigar la presencia de servicios
Nadie quiere vivir lejos de servicios indispensables como colegios, clínicas, centros de diagnóstico, comercios en general, supermercados, gimnasios, comisarías, parques y plazas.
Además, habrá que verificar si existen medios de transporte a mano –colectivos, trenes, subtes– y vías de acceso veloces –autopistas y avenidas–.
. Consultar por las normativas
¿Hay leyes o normas del edificio o de la zona que afectan el uso de la propiedad, o que vayan a limitar futuras refacciones o ampliaciones? Esto es central para evitar sorpresas cuando ya se haya concretado la compra.
. Conocer cómo se encuentra el consorcio de propietarios
En el caso de un departamento situado en un edificio o una unidad de un conjunto de PH, es indispensable obtener datos sobre la manera en que se maneja el consorcio, cuál es su estado económico y financiero, y qué planes tiene.
Junto con el monto de las expensas, resulta vital entender cómo están compuestas, si existen deudas por parte de los consorcistas y su estado, la tramitación de juicios en los que el consorcio es parte demandada o demandante, el nivel de mantenimiento de las áreas comunes –más allá de lo que se observa a simple vista– y la existencia de un reglamento donde aparezcan restricciones con respecto a los horarios, las mascotas, las modificaciones edilicias futuras permitidas en cada unidad, los detalles respecto de la convivencia de los propietarios y otras cuestiones.
. Solicitar la documentación
Nunca hay que tener vergüenza de pedir toda la documentación que se considere necesaria. Es obligación de la inmobiliaria a cargo de la venta. Si se retacea información, puede ser un indicativo de que hay cuestiones ocultas.
. Hacer preguntas y pedir aclaraciones
El momento de la visita es quizás el mejor para hacer preguntas de todo tipo y despejar las dudas que surjan en ese instante o que se llevan desde antes.
La información obtenida a partir de ellas será de alto valor para sopesar, después, si la propiedad es viable.
3. Comparar y evaluar luego de la visita
Una vez concluida la visita a la vivienda en venta, resulta fundamental comparar y evaluar esa propiedad con las anteriores.
Para ello, un instrumento simple y sumamente eficaz es un listado de fortalezas y debilidades de cada inmueble.
Al ponerlo por escrito se tiene un panorama más claro de lo que se ha visto. No es lo mismo tener el listado “en la cabeza” ya que la memoria suele ser frágil.
En Di Mitrio Inmobiliaria tenemos más de 40 años de experiencia atendiendo a personas que quieren comprar su primera vivienda o cambiar la actual.
Si ese es tu caso, por favor, ponete en contacto con nosotros.