Por Marcelo Di Mitrio, Corredor Inmobiliario
Cuando una futura compradora o un potencial adquirente llega a una casa que se encuentra en venta y lo primero que ve es un cartel al costado de la puerta que dice: “No funciona el timbre”, estamos ante un problema. Y más si el cartel está hecho sin demasiado cuidado.
Ese problema, que pudiera parecer menor, va a afectar por completo la percepción de esa persona que se acercó hasta el inmueble para conocerla.
En este espacio te advertimos sobre otras cosas que quizás no funcionan en una vivienda, y algunas pequeñas ideas para remediarlas.
El timbre de la puerta
Demasiado a menudo el timbre de la puerta se descompone. Es cierto.
Una solución es armarse de paciencia si se conoce algo de electricidad. Otra, es llamar a un especialista.
Y un tercer camino es recurrir a un timbre inalámbrico para interiores o para exteriores. Es económico y fácil de instalar.
El botón del depósito del baño
Este suele ser un punto crítico, porque lo que no funciona en el baño se asocia a falta de higiene personal.
Lo mismo sucede con la tapa rota del depósito: es preciso desecharla y cambiarla por una impecable.
Las puertas de los placards
Los placards son puntos centrales en la visita de un potencial comprador. ¿Por qué? Porque necesita saber si son profundos, y si tendrán o no espacio para ubicar todo aquello que traerá de su actual vivienda.
Aquí también la solución para una puerta que corre trabándose, consiste en pasar una vela o un pan de jabón seco en las guías.
En casos más complejos, habrá que recurrir a otro tipo de arreglo.
Los picaportes
Pocas sensaciones son tan frustrantes como quedarse con el picaporte –de una puerta– en la mano.
Este es otro punto que el comprador notará.
Eso se arregla a veces con un simple tornillo o, en otras ocasiones, con la ayuda de un cerrajero.
Los cajones
Numerosas personas tienen una particular curiosidad con los cajones.
Les gusta abrirlos y comprobar su capacidad de guardado, y si se deslizan sin problemas.
Si esto no ocurriera, una solución a poner en marcha antes de la aparición del primer visitante es colocar grafito en polvo en las guías, o pasar una vela o un pan de jabón seco para lubricar el mecanismo.
También es crucial que los cajones no estén demasiado cargados. De lo contrario, podrían caerse si un potencial comprador los abre sin prestar mucha atención.
Las persianas
Las persianas que suben con dificultad o que directamente están rotas y quedaron subidas o bajadas de modo definitivo, también son un alerta rojo para el visitante.
Generalmente, la solución está en manos de un especialista aunque quien tenga alguna habilidad también podría solucionar eso.
Los vidrios de las ventanas
Este es otro aspecto a considerar, ya que las ventanas atraen fuertemente la curiosidad de los interesados.
A través de una ventana se puede ver qué tan cerca está un vecino, o qué vista se obtiene, o cuánta luz natural puede ingresar a la vivienda.
En general, el cambio de un vidrio debería dejarse en manos de vidrieros. A menos que alguien de la familia se anime a llevarlo a cabo.
Un mito
Se suele decir, sin mucho fundamento, que la manera en que un individuo tiene arreglada su casa, de la misma manera está su mente.
Más allá de ese mito, presentar una vivienda impecable a un futuro adquirente es una forma de respeto y cortesía hacia a él. Y, sobre todo, es una forma de revalorizar ese espacio vital que quizás se conviertan en su hogar.
A menudo, una casa pequeña e impecablemente decorada y ordenada puede generar más fanáticos que una amplia pero desolada o poco cuidada.
En Di Mitrio Inmobiliaria, cuando nos encargás que vendamos tu casa o departamento, además de visitarla te damos varios tips para que el inmueble se vea fantástico. Y ello, sin hacer grandes gastos ni complicarse la vida.